En medio de la diversidad de vinos que encontramos en las góndolas, una variedad ha cautivado a paladares curiosos y ha despertado el interés de los amantes del vino: el vino naranja. Pero, ¿cuál es el origen de esta bebida que combina la frescura de un blanco con la complejidad de un tinto?

Raíces ancestrales en Georgia

Si bien el vino naranja es una tendencia relativamente reciente en el mundo vinícola, sus raíces se remontan a miles de años atrás. Georgia, cuna de la viticultura, es considerada el lugar de nacimiento de esta técnica ancestral de elaboración.

En esta región del Cáucaso, los vinos se elaboraban tradicionalmente en grandes jarras de barro enterradas, llamadas qvevri. Las uvas, con piel y semillas, fermentaban en contacto con este recipiente de arcilla por meses, incluso años. El resultado era un vino de color ámbar, con aromas y sabores complejos y únicos, que hoy reconocemos como vino naranja.

¿Cómo se elabora el vino naranja?

La característica principal del vino naranja es el contacto prolongado del mosto con las pieles de la uva, un proceso similar al de los vinos tintos. Este contacto le otorga al vino su color característico, taninos y una amplia gama de aromas y sabores, que pueden ir desde frutos secos y cítricos hasta notas especiadas y florales.

El renacimiento del vino naranja

Aunque esta técnica era común en la antigüedad, cayó en desuso con la llegada de la vinificación moderna. Sin embargo, en las últimas décadas ha experimentado un resurgimiento, gracias a la búsqueda de vinos naturales y auténticos. Vinos de regiones como Eslovenia, Italia, Francia y Estados Unidos se han sumado a esta tendencia, ofreciendo una amplia variedad de estilos y expresiones de vino naranja.

¿Por qué el vino naranja está de moda?

  • Autenticidad: Representa una vuelta a las raíces de la vinificación.
  • Sostenibilidad: Muchos productores de vino naranja utilizan prácticas agrícolas sostenibles y biodinámicas.
  • Versatilidad: Combina bien con diversos platos, desde quesos y embutidos hasta carnes blancas y pescados.
  • Singularidad: Ofrece una experiencia de cata única y compleja.

¿Cómo disfrutar un vino naranja?

Para disfrutar al máximo de un vino naranja, se recomienda servirlo ligeramente frío, en una copa de vino blanco. Su complejidad lo convierte en un vino ideal para maridar con platos sabrosos y con carácter.

En conclusión, el vino naranja es mucho más que una simple moda. Es un viaje al pasado, una conexión con las raíces de la vinicultura y una invitación a explorar nuevos sabores y aromas.